jueves, 19 de noviembre de 2015

Ataúd:

Estoy repleta de un oleaje acaramelado que se adhiere a mi piel como cristal en forma de caracola, esconde los moretones de mis brazos, los rasguños de mis manos, las heridas de mis dedos. Sin embargo, mis uñas carcomidas y dispares rajuñan esta órbita espiral acaramelada que se pega fuertemente a mis dedos dejándolos inmóviles, veo mis brazos alzados que ya no retienen sangre, dormidos y morados me recuerdan lo inestable. Entonces, grito desgarrada dentro del caparazón discapacitado, lloro y la vez grito, ya no escucho, no comprendo el sonido de mi voz, se desvanece por compasión, más allá defino otra canción, es tu voz que me viene a buscar, me tomas del pelo, me arrastras hasta despegar mis dedos, me besas los cabellos de mis piernas, subes hasta mi ombligo, paras para escuchar mis entrañas hambrientas, subes hasta mi rostro bebiendo mis lágrimas y escupes mi frente para que alfin despierte...

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