Para sanar a la humanidad hay que sanar el linaje de las
mujeres. Cada una de nosotras debe hacerse responsable de sí misma y de las
heridas que ha cargado para evitar que sus hijas hereden una carga emocional
que no les corresponde. Una mujer que ha sanado su herida y las heridas de las
mujeres antes que ella es una mujer que puede criar en libertad a sus hijas y
amar en libertad a sus parejas. Todas juntas…la diabla es fértil y magnífica.
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