Existen apacibles limites entre el aprendizaje, la evolución, la vejez, la experiencia y el óbito. Pero en el extravío de doctrinas, el extravío de afectos, la variación de inéditos acontecimientos. Nos damos cuenta que la luna se llena para recordarnos el desmedido encanto de nuestra, inherente, concerniente multiplicidad y soledad...Estamos solos, ya no y luego otra vez, sólo somos seres viviendo solos.
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