jueves, 19 de noviembre de 2015

Desvelar el límite entre lo adecuado. Vagabunda ensimismada que carcome los poros del mundo que no le pertenecen; el cabello enfermo, la luz de la piel desgarrada, las ojeras inertes, el ruido del grito y el gemido. El latido anuncia que todo sigue igual y que sólo bastara mirar, con elocuencia, al precipicio desde el lecho más seguro y tranquilo

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